Doña Uta, de Naumburgo, en la catedral del mismo nombre (Alemania).
siglo XIII
La guerra es madre de la diligencia y madrastra de la ociosidad.
La guerra hace los ladrones y la paz los
ahorca por casualidad.
En tiempo de campaña, el que apaña, apaña.
y en tiempo de guerrilla, quien pilla, pilla.
Porque cuando actúa el guerrero
poco valen pluma y tintero.
Como el Moncayo sople verás un bajel navegar;
surcando la tronada, su rumbo buscar.
Bajel de nubes negras, bajel almogávar
¡déjame ir contigo por el ancho mar!.
Ancho mar de sueños que juntos soñamos tú y yo
-romper siento sus olas en mi corazón-.
Pon rumbo a Neopatria, o lee en mis labios:
la patria que sueñas se llama Aragón.
Tienes nombre de río, pequeña nación
agua del Pirineo que al mar no llegó.
Encontraste tu lugar , una tierra a la que amar
y has llegado a olvidarte del mar.
Somos un pueblo de agua en un seco país;
abrazados a un río queremos vivir.
No veremos nunca el mar como no echemos a andar
""¡Desperta, Ferro !"", ¡Que te oigan
tronar!
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, almogávar mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno escuras?
¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
La hermandad de lucha es como una espada de forja:
cuanto más fuego y golpes asume, más fuerte se vuelve.
"Polvo,
niebla, viento y sol
y donde
hay agua, una huerta;
al norte,
los Pirineos:
esta
tierra es Aragón.