.
¡Ah del castillo! —dijeron—.
¡Bajad presto ese rastrillo!
Callaron y nada oyeron,
sordos sin duda se hicieron
los infantes del castillo.
¡Tended el puente, tendello!
Pues de no hacello, ¡pardiez!,
antes del primer destello
domaremos la altivez de esa torre,
habréis de vello...