Tornadizos

 

Isabel de Segura vestida de almogávar

 

Negarse a morir

El amor auténtico es fuerte y supera toda penuria y se enriquece por medio del sacrificio y del olvido de sí mismo. En la historia,las únicas causas o empresas que mueren son aquellas por las cuales el hombre se niega a morir.

Cinco años que partió mi señor Don Diego.

Cinco años que partió mi señor Don Diego.

Pasó el tiempo y terminó aquel plazo.

Que hubo batallas y sangre, no niego.

Y a la tentación de la muerte negó su abrazo.

Ahora toca retornar a la que es su villa.

Rencontrar el final de aquella promesa.

Volver al toro, a la estrella que brilla,

y desposar a la dama de su corazón guardesa.

Romance anónimo de finales del XIX

Gloria a los hombres valientes que se atreven a amar

Gloria a los hombres valientes que se atreven a amar, sabiendo que todo esto llegará a su fin. Gloria a los locos que viven para sí mismos como si fueran inmortales: la muerte a veces se aparta de ellos.

Eugene Schwartz.

Los otros amantes de Teruel

veremos quién vencerá

“Si tanto vivimos nosotros, veremos quién vencerá,

y contaremos la historia de lo que sabremos,

y escribiremos además lo que recordaremos

tanto como dure la materia,

hasta que la guerra acabará.”

"La caballería, en cambio, era una comunidad supra-territorial y supranacional, cuyos miembros, que se dedicaban al servicio militar, no tenían patria y juraban fidelidad no a una persona concreta, sino, primero, a una ética especial. , cuyos valores fundamentales eran el honor, la veracidad, el coraje y la devoción, y, en segundo lugar, el poder espiritual de tipo universal, que era el poder del Imperio. La caballería y las grandes órdenes caballerescas de la cristiandad eran para el Imperio lo que el sacerdocio y el monaquismo eran para la iglesia. La caballerosidad no era estrictamente hereditaria: uno podía convertirse en caballero ".

Julius Evola - "Rebelión contra el mundo moderno"

Adiós capitán

Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino.
Que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.

Carne de un ciego Destino

Tú nos dijiste que la muerte

no es el final del camino,

que aunque morimos no somos,

carne de un ciego destino.

En Tu palabra confiamos

con la certeza que Tú

ya le has devuelto a la vida,

ya le has llevado a la luz

Somos la Sombra de nuestro capitán

No importa cuán estrecho sea el portal, 

cuan cargada de castigos la sentencia, 

soy el amo de mi destino: 

soy el capitán de mi alma

Diego de Marcilla

- El regreso

Los chicos de la Guardia

No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos.

No llevaré corona, no alcanzaré la gloria.

Viviré y moriré en mi puesto.

- El capitán y sus hombres

Foto de Salva Antón

 

- bajo la torre

- Partida de Diego en la Andaquila

- Txalaparta almugábar

Aragón, company of Almogávar. The Almogavars were mercenaries in the service of Christian kings.

- El capitán..., el entierro

Entrando con Diego de Marcilla en Teruel